Escuchaba pasos firmes de tacones bajos, uno detrás de otro, primero acercándose y luego alejándose. Con cada uno, una duda. Los pasos eran estables pero yo me caía a medida que iban sonando; frágil, se iban difuminando. Pero ya no tenía frío, llevaba mucho tiempo esperando, mucho más del que llevaba ahí fuera. Un tiempo que, por un instante, se me antojó abusivo e insoportable.
No comments:
Post a Comment