Espero que te acuerdes...

...de cuando llorar de la risa era rutina y desesperar al tutor el día a día, de cuando era mucho más fácil que hoy levantarse de la cama y tener una motivación. De cuando era mejor ir al colegio que un fin de semana o cuando deseábamos que llegara el jueves para liárselas a Gómez. Espero que también te acuerdes de las voces y nombres típicos de "¿Qué tal Mike?", de los "quien no tiene un casco en casa es porque no quiere", de las locuras de Gilberto, de la señora taza, de los libros de francés que no se consideraban libros, de los takeos y pintadas varias por toda la clase, de los caballos, cebras y ZH4, de las calabazas y pepinos, de las liadas de Jorge, de las innumerables expulsiones, de los "que no me llamo Alejandro", de las clases de francés de descojone, de la esclavitud con Diego, de las grandes con Omar, de los "tak-eo, que es tak-eo?", de nuestros bailes, nombres... Sé que puedes recordar los "maaaaalo", las risas con las voces-ogro, los lagrimones de estos que salen disparados y caen en la barbilla de la risa en informática, de las peleas que siempre acababan bien, de los miles de destrozos de esa clase. ¿Te acuerdas de los grandes? 
Eso no era una clase, éramos algo más.