De estar triste, pero no aparentarlo porque sabes que no vendrán; de ver que se van y no poder cogerlas, de ver que cambian y tú no, y no querer cambiar; de verte solo y no encontrar compañía; de ver quiénes eran tus amigos y de ver que se han ido, de ver que en los que has confiado no confían, de ver que cada día aparentas más feliz y ser mentira. De ver feliz y tú no serlo, de callar por saber lo que pasará. Llegados a este punto piensa: ¿Qué son seis meses de espera al lado de dos meses redondos? No son nada, se convierten en seis días, en seis minutos o incluso milésimas. Falta menos, confío en que cada segundo que pasa queda menos para volver a estar con la gente que quieres y te quiere.
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