Mi vida en un minuto acariciando tu espalda y respirando tu perfume. Después de tanto y a la vez poco tiempo, comenzaba a querer tener las cosas claras, a poner un poco de orden en su cabeza y su conciencia. A darse cuenta de que de viernes a domingo son dos estúpidos días que no acabarán con nadie. Que lo irremediable es, y será siempre aquello que no podremos cambiar y ese motivo basta para sonreír un poco menos. Tomé conciencia entonces de que mi entusiasmo no iba a cambiar algo que ocurriría de todos modos.
No comments:
Post a Comment