La labia desenfrenada encontraba su freno en los sentimientos que nunca había querido mostrar y los viajes en tren se arrepentían de haber viajado tanto para una recompensa tan pobre pues, a veces, el camino más largo es el trayecto de una lágrima. ¿Qué sucedería a partir de entonces? ¿Todo sería diferente o tendría más motivos para no oír sus pensamientos?
La posibilidad de hacerle daño era ensordecedora, casi inaudita.
[...] era muy tarde para seguir escribiendo, pero un cambio de planes le sirvió para recapacitar.
No comments:
Post a Comment