Llega un punto que la morriña es costumbre, parte de nuestra rutina pensar en ellos por el simple motivo del no motivo. Inevitablemente, todos nos echamos de menos y pasamos horas recordando "cuando fuimos a..." o "aquel día en..."
Pienso que es una costumbre no muy alegre, pero que por otra parte, nos da tantas ganas para seguir y que llegue el momento de volver a vernos todos, porque no hay ni un solo día que no recordemos con una sonrisa.
Da igual la distancia o el tiempo, cuando nos veamos siempre hay una sonrisa, un abrazo y un "¿qué tal todo?" como si nos viéramos diariamente y eso es lo especial.
Porque, como diría Marta: Porque amo, amé y amaré cada minuto que pasé con vosotros.
No comments:
Post a Comment